Imaginar mucho como trastorno psicológico

trastorno psicológico

En efecto, el imaginar o fantasear demasiado con ciertos contextos al punto de casi vivirlos se conoce en psicología como ensoñación excesiva, entre otros términos. Y sí, representa un trastorno psicológico.

¿Pero cómo sucede esto?

Aquí aplica esto de que todo en exceso es malo/ dañino, porque ¿quién no ha fantaseado con ganarse la lotería o gustarle a esa persona que tanto te gusta? El hecho es que perderse un poco en esos pensamientos, por algunos minutos, no representa ningún problema. El problema comienza cuando las fantasías controlan el día a día de la persona con estos hechos hipotéticos que no toman forma en la realidad, y el paciente comienza a dejar de distinguir si una situación solo la imaginó o la vivió.

Soñar despierto, o fantasear no es en sí algo negativo, por el contrario, nos permite repensar, verbalizar e incluso accionar en función de cumplir con nuestros sueños, pero cuando se llega al punto de vivir en este mundo paralelo, el paciente empieza a sufrir de disociación y empieza a ver su vida y a sí mismo de una forma no real.

Desconexión de la realidad y la fantasía

Debemos percatarnos de esta ensoñación cuando se produce estando la persona despierta y no logra conectar con la realidad, lo que puede llevar a que la persona realice diálogos consigo misma e incluso que adopte una actitud o personalidad diferente a la que posee cuando no está soñando despierta.

El problema aquí de fantasear en exceso es la sensación de bienestar que tiende a producir (similar al efecto que produce una droga en el organismo) pero sabemos que esto es una falsa compensación emocional que dura poco tiempo, como un placebo, y que a la larga confunde a la mente, desorienta y acaba agravando las insatisfacciones de la vida de la persona. Esto a fin de cuentas provoca una mayor inseguridad y bloqueo conductual, ya que mientras se sueña despierto no se hace nada por cambiar la realidad.

Además, estas ensoñaciones constantes generan un desgaste gigante en la persona, y deriva en frustración, rechazo a la vida, y mucho desánimo lo que no permite afrontar los deberes de la vida cotidiana, y se vuelve un círculo vicioso en el que la persona busca escapar y termina más atrapada en sus sueños, y luego en su realidad.

¿Y si estoy soñando mucho, debo ir a terapia?

De nuevo, en exceso todo es malo. Pero soñar despierto o fantasear a veces no representa un peligro, ese caso no es algo patológico, sino una manera de desconectarse de la realidad, plantearse metas de futuro y mejorar tu presente. Pero ahora, si sientes que esa ensoñación es algo que está tomando demasiado tiempo en tu día a día, y provoca que no te enfrentes a los retos de tu presente, o a fin de cuentas produce problemas sociales o laborales, diría que entonces es el momento de pedir ayuda psicológica.

En terapia podrás tratar progresivamente este tema, indagando en él porque no estás conforme con tu vida y tu realidad, y prefieres vivir en la fantasía.

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