Conociendo la Terapia Gestalt

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Si quieres conocer de qué se trata la terapia Gestalt, estás en el lugar adecuado, porque aquí nos especializamos en este tipo de terapia.  Se trata de un modelo de psicoterapia que se enfoca en el desarrollo personal y en la recuperación de la motivación de vivir, en un presente espontáneo y responsable. Este tipo de terapia ve al ser humano como a un ente completo y conformado por un cuerpo, mente y alma que en su totalidad puede lograr alcanzar el bienestar si se trabajan la integridad y el equilibrio en esas tres partes.

¿Y cómo se trabaja la terapia Gestalt?

Cronológicamente busca modificar lo que sucede en la actualidad y no se centra tanto en eventos previos, de esta forma apelamos a la espontaneidad buscando activar una mejor disposición para afrontar el día a día. Allí es cuando el terapeuta o la terapeuta cumple la función de evidenciar hacia el paciente como es el comportamiento o la forma de pensar que tiene ante su contexto y como este puede redireccionarse y trabajarse.

Aquí entran en práctica dos elementos cruciales para poder transformar la realidad del paciente, y consiste en primeramente hacerlo consciente de su actitud y acciones, y segundo, cerrar situaciones pasadas que puedan estar repercutiendo en el presente y obstaculicen el cambio necesario en el paciente.

Al solventar ambas situaciones, el paciente toma mayor control de su vida, sus acciones, su futuro y su actitud ante este.

Es por ello que no sería ajeno que este tipo de terapia trate fundamentalmente problemas relacionados con la ansiedad, depresión, autoestima, dificultades para relacionarse, pérdida de control. Y por supuesto, para los efectos físicos que estos problemas conllevan, como: trastornos del sueño o digestivos, dolor de espalda o de cabeza, y demás.

El proceso para realizar cambios suele dividirse en etapas tales como: Aceptación, Responsabilidad, Diálogo y Acción.

¿Qué fases tiene la terapia?

1 era fase: La aceptación invita al paciente a concientizar e incluso verbalizar sus emociones, en el momento, ya sea alegría, miedo o cualquier emoción, con el fin de no guardarlas y acumularlas, ya que esto causa malestar.

2da fase: Seguido de la aceptación, el paciente se hace responsable de dichas emociones y se da cuenta de que se trata de un trabajo personal y no de culpabilizar a terceros. De esta forma el paciente adquiere más herramientas para afrontar los problemas que pueda tener. 

3ra fase: En aras de llevar al paciente a este cambio, es necesario que exista un diálogo e intercambio del mismo y el terapeuta, con intercambios emocionales incluidos y creando una relación de acompañamiento.

4ta fase: El paciente ya cuenta con las herramientas para llevar a la acción los cambios que quiere ver en su vida, y para afrontar las diversas situaciones que puedan presentarse.

Al ser una modalidad de terapia de crecimiento personal, cualquier persona puede tratarse, incluyendo niños o adultos. 

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